Medidas sanitarias y económicas. Una Argentina cada vez mas paternalista.
1. Situación inicial
El 19 de Marzo de 2020 se inician las medidas sanitarias para combatir la Pandemia producto del COVID-19.
Los registros del movimiento del virus llevaron a Alberto Fernández, un presidente que hacía poco más de tres meses había iniciado su mandato, a tomar medidas drásticas para prevenir el avance del virus.
Repercutiendo esto en controles sanitarios en principio y luego en medidas económicas para paliar los daños producidos por las restricciones de movimiento y las nuevas formas de contacto entre los habitantes.
Algo que en un principio se creía a corto plazo se extendió en el tiempo, provocando distintos sentimientos y emociones hacia la dirigencia política gobernante en relación con las diferentes medidas tomadas.
2. Puntos de Investigación
Investigar, de la conversación digital abierta en toda la región argentina, las medidas sanitarias y económicas en relación al control del COVID-19, durante el primer año de Pandemia, los siguientes puntos:
- Nivel de aceptación.
- Sentimientos
- Emociones
3. Desarrollo y Metodología
Se organizó la investigación en un proceso de recolección continua de conversación sobre la información imperante en redes de todo el territorio argentino respecto a las medidas sanitarias y económicas tomadas para combatir el COVID-19.
Este proceso de recolección continuo se realizó durante todo un año y se dividió en dos ejes:
- Cuarentena, referido a todas las medidas sanitarias.
- Medidas Económicas, referido a las medidas económicas tomadas para apaliar la situación, tanto para empresas como para personas.
A su vez, Horus clasifico la conversación digital por:
- Sentimiento,
- Eje de la demanda detectada,
- Palabras relevantes y Emociones.
4. Resultados
Periodo de análisis: Marzo 2020 a marzo 2021.
Cantidad de menciones analizadas: 279.914 en FB y TW.
La investigación llevada a cabo sobre la conversación digital detecto varios puntos importantes:
CUARENTENA
- El inicio de la cuarentena fue con un 64% de sentimiento positivo, predominando la emoción de orgullo por las medidas adoptadas y la necesidad de protección de la población, el mismo se revirtió en el transcurso de un año siendo 77% negativo con emociones de ira, tristeza y cansancio.
- A los casi 6 meses de iniciada la cuarentena el eje de de la demanda paso a estar abordado por temas económicos referidos a la necesidad de trabajar.
- A los 8 meses se evidenció incredulidad respecto al manejo de la cuarentea en relación a los resultados sanitarios esperados y los obtenidos, no lograndose las metas prometidas y comenzando a ser una preocupación real la cantidad de contagios y muertes.
- En febrero del 2021, a casi un año de iniciada la cuerentena, se observaba al tratarse temas sanitarios una conversación digital referida fuertemente a temas económicos, plasmando una “nueva grieta” entre aquellos beneficiarios de asistencias sociales y los no beneficiarios. Fuertes reacciones de malestar y cansancio respecto a los anuncios de asitencias sociales para las personas mas vulnerables. Demostrando las palabras relevantes expresiones bajo el concepto de PLANdemia, refido en contra de los “planes sociales”.
- Una medida sanitaria en particular es el plan de vacunación y las controversias sobre el mismo. Se observa como en los meses de noviembre 2020 a febrero 2021 promedio un 73% de sentimiento negativo, pero cambiando sustancialmente las emociones. En noviembre y diciembre predominaba el miedo y la desconfianza respecto a las vacunas. Estas emociones mutaron en enero y febrero hacia el enojo y descontento por la cantidad de dosis obtenidas por el gobierno y el avance del plan de vacunación.
MEDIDAS ECONÓMICAS
- La situación económica en marzo 2020 arrancaba con 58% de sentimiento negativo, se instalaba con miedo y pedidos de ayuda, pero en un marco de confianza de que esta se encaminaría.
- En junio del 2020, en la conversación digital directamente surgida de temas económicos, se comienza a vislumbrar el descontento de los usuarios con relación a las asistencias sociales. Un tema que también se observó en la conversación digital emanada de temas sanitarios pero unos meses más tarde.
- En agosto, casi medio año después, acumulaba un 63% de sentimiento negativo. Predominaba el enojo y las menciones de vergüenza, pobres y trabajo. Aunque seguía habiendo apoyo a ciertas medidas económicas.
- A un año de pandemia, el sentimiento negativo alcanzaba el 86%. Se profundizaba el enojo y una nueva grieta asoma en la sociedad argentina, planes sociales vs impuestos, aquel con trabajo ya no quería colaborar con un sistema que necesitaba brindar asistencias sociales. Los aumentos de precios derivan en menciones de que este país es insostenible, donde el descreimiento en los políticos no distinguía partidos.
Conclusión General – Una Argentina cada vez más paternalista.
Del análisis realizado se puede observar cómo fueron variando los sentimientos, emociones y demandas de la población analizada a lo largo del primer año de pandemia. Es claro como los temas sanitarios y económicos se mezclan y toman importancia uno sobre otro.
El medio y desconcierto al inicio de pandemia hicieron prevalecer el consenso por el apoyo hacia la gestión nacional en cuanto a las medidas sanitarias y económicas. La sociedad demandaba ayuda y protección en ambos ejes analizados, y se sentía contenida por sus dirigentes gubernamentales, reflejando altos niveles de aceptación hacia al presidente de la nación.
Esos sentimientos y emociones como se observa en el análisis realizado fueron cambiando, tomando importancia primero el manejo de la situación económica. La disputa por las asistencias sociales que comenzó a implementar el gobierno fue tomando cada vez más fuerza. Al analizar la conversación digital económica, tan solo a los 3 meses de iniciada la cuarentana, una “nueva grieta” comenzaba a plasmarse más claramente, respecto a los que siguen trabajando y los que no, y el destino de los fondos públicos para asistencias sociales (los llamados “planes sociales”).
Este malestar detectado mutaría a emociones de odio hacia finales del periodo analizado. Asimismo, esta preocupación económica comienza a estar presente en la conversación digital sanitaria, provocando un malestar marcado al año de pandemia.
Pero a su vez, ya en diciembre del 2020, transcurridos más de 8 meses de cuarentena, el enfado se comienza a observar claramente referido a temas sanitarios, no solo a la situación económica. La incredulidad respecto del manejo de la pandemia en materia sanitaria y los resultados obtenidos toman fuerza y los reclamos se hacen evidentes.
Estos dos ejes de análisis (sanitario y económico) respecto un mismo periodo y circunstancia permitió detectar que la percepción de los argentinos respecto la pandemia tiene dos aristas claras de demandas, y que en la práctica pueden ser contradictorias en sí mismas, dado que es inevitable que las medidas sanitarias no repercutan en la situación económica y viceversa.
El argentino exige un proteccionismo marcado a su clase dirigente y demuestra un respeto fuerte respecto las consecuencias del virus. La situación económica de extrema vulnerabilidad provocada por las medidas sanitarias nunca implico dejar de exigir resultados sanitarios claros. Y si bien se percatan sentimientos negativos marcados respecto a la situación económica, tampoco se evidenciaron en el periodo analizado revueltas sociales o incitación a las mismas para que se levanten las restricciones que repercuten en la vida económica del país, sino por el contrario, la disputa se evidenció por quien recibe más protección del estado.
Un fenómeno que contribuyo a esta línea de análisis fue el reclamo por la efectividad de las vacunas y el plan de vacunación. Pasando en solo cuatro meses de la desconfianza en estas a la disputa extrema por los distintos sectores sobre quienes deberían recibirla primero. Derivando esto en una sociedad que demanda rapidez en el avance del plan de vacunación en toda la población, como un punto clave de resguardo sanitario y económico.
Por lo tanto, podemos concluir que la población argentina a pesar de demostrar incredulidad, enfado y descontento con su clase dirigente, las demandas no se enfocan en reducir la presencia del estado en la gestión de temas sanitarios y económicos, si no por el contrario, un extremo paternalismo se evidencia disputándose a quien “cuida” mas su estado y quien es mas “merecedor” su ayuda, incluso las emociones mas fuertes de odio se observan entre los distintos sectores de la población mas que hacia la clase dirigente.